
Anusitis
Las hemorroides también pueden ser consecuencia del estreñimiento, ya que las hormonas del embarazo ralentizan el tránsito intestinal. Cuando las heces son duras, el esfuerzo adicional para eliminarlas puede ejercer presión sobre las venas de la zona rectal, provocando su inflamación y abultamiento. “Además, los niveles más altos de progesterona hacen que las paredes de las venas se relajen y se hinchen con más facilidad”, dice el Dr. Harris.
El cuerpo experimenta muchos cambios durante el embarazo, y la hinchazón de las venas puede ser uno de ellos. Habla con otras futuras mamás durante las clases prenatales, comparte experiencias o pregunta a tu instructor sobre remedios naturales.
Además, consulta siempre a tu médico antes de tomar cualquier medicamento para las hemorroides durante el embarazo. Hay muchos productos disponibles para aliviar las hemorroides. Ten en cuenta que la mayoría de estos productos no deben utilizarse durante más de una semana para evitar efectos secundarios como la irritación o el adelgazamiento de la piel.
Hinchazón del ano
Sigue moviéndote durante todo el embarazo (a menos que tu médico te prescriba reposo en cama por algún otro motivo) porque así fortalecerás los músculos abdominales o core, esenciales para el proceso de parto.
Y una última fuente de dolor de glúteos es una afección conocida como ciática, que se debe a la inflamación y estiramiento del nervio más grande del cuerpo, llamado nervio ciático, que suministra todos los nervios a las piernas.
Prácticamente la única medicación que puedes tomar para el dolor de cualquier tipo en el embarazo es el paracetamol por vía oral, la lidocaína tópica y la nitroglicerina tópica; las dos últimas son de categoría C en el embarazo, por lo que necesitarás la aprobación del médico para ellas.
Esto evita que se acumule líquido en los tejidos del recto, las nalgas y la parte inferior de las piernas, lo que puede provocar hemorroides, ciática e inflamación de las venas o varices de las piernas, ¡y eso es dolor de recto durante el embarazo!
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Hemorroides externas
Alrededor del 40% de las mujeres embarazadas sufren estreñimiento durante el embarazo (Cullen y O’Donoghue, 2007). Puede ser incómodo y dar lugar a otras afecciones, por lo que es buena idea hacer lo posible para intentar prevenirlo.
Asegurarse de seguir una dieta sana y equilibrada, beber mucha agua y mantenerse activo ayudará a prevenir el estreñimiento (NICE, 2017). Sigue leyendo para saber más sobre el estreñimiento, qué lo causa y otras afecciones que pueden seguir al estreñimiento.
El estreñimiento se produce cuando haces caca con menos frecuencia de lo habitual y tienes dificultades para hacerlo. Puede sentir molestias, un esfuerzo excesivo y la sensación de no haber evacuado completamente (Moriarty, 1992; Bradley, 2007).
Los cambios hormonales del embarazo, que hacen que algunas partes del cuerpo se relajen para dejar sitio al bebé, también aumentan las probabilidades de estreñimiento. El estreñimiento durante el embarazo también puede estar causado por la reducción de la actividad física y los cambios en los hábitos alimentarios (NHS Choices, 2015a). A medida que el bebé crece y el útero se estira, también puede presionar los intestinos y provocar retrasos u obstrucciones digestivas (NHS Choices, 2015a).
Proctalgia
Durante el embarazo es normal que experimentes algunos cambios y molestias relacionados con la gestación. Estas molestias pueden ser incómodas, pero no suelen ser perjudiciales ni para ti ni para tu bebé.
Tu útero en crecimiento tira y tensa de los músculos que lo sostienen. Puedes sentir dolores agudos o simplemente una leve sensación de tirón. Suele ocurrir al toser, estornudar, levantarse, sentarse, darse la vuelta o durante las relaciones sexuales.
Informe a su médico si tiene dolor en la parte superior del abdomen, si experimenta sangrado vaginal, si el dolor no desaparece con el reposo o dura más de una hora, si tiene dolor agudo en un solo lado del abdomen que dura más de unos minutos.
Puede ser difícil distinguir entre las molestias normales del embarazo y el dolor que requiere atención urgente. Llamar al médico cuando te preocupen los síntomas es siempre una buena idea.
Si tienes dolor de espalda, evita permanecer mucho tiempo de pie y cambia a menudo de postura. Lleve zapatos de tacón bajo. Evite levantar objetos pesados o niños. Flexione las rodillas y mantenga la espalda recta. Evite doblar la cintura.